Las personas que consumían mayores cantidades de fibra, en particular provenientes de granos, tenían un riesgo significativamente menor de morir en un período de nueve años, en comparación con las que consumían cantidades menores de fibra, según un nuevo estudio de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health, NIH). La fibra, que se encuentra en los granos integrales, los frijoles, los frutos secos, las verduras y las frutas, ayuda al organismo con las deposiciones, reduce los niveles de colesterol en sangre y mejora los niveles de glucosa en sangre. El estudio involucró a más de 388,000 personas que son parte de un estudio más grande del NIH y la Asociación Americana de Personas Retiradas (American Association of Retired Persons, AARP) sobre la dieta y la salud, que tenían entre 50 y 71 años cuando comenzó el estudio.
Específicamente, los investigadores analizaron datos de 219,123 hombres y 168,999 mujeres que habían completado un cuestionario detallado sobre alimentos en 1995 y 1996 para determinar la cantidad de fibra que se consume a diario. Se excluyeron las personas con diabetes, enfermedad cardíaca y la mayoría de los tipos de cáncer, así como lo que informaron ingestas de fibra “extremas”. Los investigadores, liderados por el Instituto Nacional del Cáncer concluyeron que “una dieta con alto contenido de fibra alimentaria de los alimentos de origen vegetal podría proporcionar beneficios significativos para la salud”.
La ingesta de fibra de los participantes varió entre los 12.6 y los 29.4 gramos por día en los hombres y entre los 10.8 y los 25.8 gramos por día en las mujeres. Las pautas alimentarias actuales de los EE. UU. recomiendan que las personas consuman 14 gramos de fibra cada 1,000 calorías consumidas por día (o, aproximadamente, 28 gramos diarios para la dieta típica de un adulto, de 2,000 calorías).
Los investigadores dividieron a los participantes del estudio en cinco grupos, de la ingesta de fibra más baja a la más alta. Hubo reducciones significativas en el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, respiratorias e infecciosas tanto entre los hombres como entre las mujeres, y el beneficio más grande se observó en las personas que consumían la cantidad más grande de fibra. El estudio también observó el tipo de fibra que se consumía y determinó que los beneficios para la salud más significativos, tanto en los hombres como en las mujeres, provenían de los granos integrales, así como de los frijoles.
También pareció haber un beneficio por comer verduras, pero las mejoras no tuvieron como consecuencia aumentos estadísticamente significativos en la longevidad. Los investigadores tomaron en cuenta otros factores que afectan la salud, tales como el tabaquismo, el ejercicio y el peso corporal.