Los beneficios para la salud de la fibra alimentaria, son bien reconocidos por los expertos de la comunidad científica y por las autoridades gubernamentales. Por ejemplo, la Mesa de debate científico sobre productos dietéticos, nutrición y alergias de la Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos indicó en su Opinión científica sobre los valores de referencia alimentarios para los hidratos de carbono y la fibra alimentaria (2010) que existe evidencia de beneficios para la salud de los adultos asociados con el consumo de dietas con alto contenido de alimentos que contienen fibra a niveles de ingesta de fibra alimentaria mayores de 25 gramos/día, p. ej., una reducción en el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria y diabetes tipo 2, y mantenimiento del peso.

Con frecuencia, las propiedades relacionadas con la salud de la fibra alimentaria se expresan en términos de efectos fisiológicos que tienen vínculos bien establecidos con la reducción del riesgo de enfermedad. Estos incluyen efectos tales como una disminución en el tiempo de tránsito intestinal con un aumento en el volumen de las heces, la fermentación de los microbios colónicos, la reducción de los niveles de colesterol total y/o LDL en sangre, la reducción en los niveles posprandiales de glucosa en sangre y la reducción del peso mediante un aporte calórico menor a la dieta. Es importante consumir una variedad de fibras por sus efectos únicos para maximizar la salud.

Estos y otros efectos fisiológicos beneficiosos para la salud humana sirven como fundamento para que se reconozca una sustancia como fibra alimentaria en varias definiciones globales clave, incluidos la Directiva Europea (en 2008), el Codex Alimentarius (2009) y el Instituto de Medicina (2005).

A continuación, se presentan algunas citas de grupos expertos acerca de los beneficios de la fibra: